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¿Qué sabe esta ciudad de rascacielos de la emoción de sacarte el muñequito de la Rosca de Reyes?, o ¿por qué la tamaliza del 2 de febrero se hace después de 40 días de la Navidad? En víspera del Día de la Candelaria, toca contar sobre estas y otras costumbres y eso es precisamente lo que mi familia y yo hacemos todos los años.
Hoy en día, lo de comer tamales es un buen pretexto para celebrar el 2 de febrero con amigos y familiares. Pero dicen los que saben, que esa fecha marca la presentación de Jesús al templo de Jerusalén y el fin de la cuarentena de la Virgen María, es un festejo con tintes católicos y culturales pero una experiencia gastronómica que no hay que perderse.
El tiempo me aleja de aquella época en la que andaba explorando el Barrio de la Merced ilustrando la variedad de Cómo vestir a los Niños Dios en el Día de la Candelaria, pero el pensamiento mantiene vivos esos días en los que iba de la mano (casi literalmente) de mi querida Luisa Cortés, cronista de esas calles de romería y comercio incansable, quien me acompañaba a tomar fotos de aquellos puestos y comercios tan llenos de color y tradición.
En esa zona céntrica de Ciudad de México saben todos esos pormenores sobre esta festividad. Después de cuatro años viviendo de este lado del charco, me ha tocado contar a los amigos precisamente sobre estas tradiciones que seguimos celebrando con mucho orgullo, cariño y por supuesto muchas ganas de comer.
Un poco antes del 6 de enero hay que estar atentos a los lugares donde preparan la Rosca de Reyes. Y es que acá en NY nadie se anda deschongando para conseguirlas, es más bien un hallazgo poder encontrar donde las venden.
Ni hablar del sabor y variedad pues obviamente aquí en Manhattan la cosa es distinta a las de mi DFectuoso que tanto echo de menos. Empezando porque ni cómo conseguir aquellas roscas ¨finísimas de Paris de La Suiza; o las codiciadas roscas a granel que se avientan en el Costco; mucho menos se encuentran aquellas que en mi humilde opinión se llevan de calle a todas las demás: las roscas de la pastelería Firol, que son una verdadera delicia.
Y como un día eres joven y al siguiente te emocionas porque consigues la Rosca de Reyes, pues ahi estaba yo tomándole esta foto a ésta, porque logré encontrar una (una!) rosca Bimbo con todo y sus muñecos de tamaño familiar.
Y por andarme burlando del tamaño de semejantes niñitos, me saqué dos de ellos así a quienes sacamos esos niños de la rosca nos toca invitar los tamales neoyorkinos este año.
New York tamales
What does this city of skyscrapers know about the excitement of getting the little Jesus inside your slice of sweet bread Rosca de Reyes? or about why the tamaliza on February 2nd celebrates after 40 days of Christmas? On the eve of Candlemas Day, it’s time to tell about these and other traditions and that is precisely what my family and I do every year.
Nowadays, eating tamales is a good excuse to celebrate February 2nd with friends and family. That date marks the presentation of Jesus to the temple of Jerusalem and the end of the quarantine of the Virgin Mary, it is a celebration with Catholic and cultural overtones but a gastronomic experience that should not be missed.
Time takes me away from those days when I was exploring the Barrio de la Merced illustrating the variety of How to Dress the Children of God on Candlemas Day, but the thought keeps alive those days in which it went hand in hand (almost literally) from my dear Luisa Cortés, chronicler of those streets of pilgrimage and tireless business, who accompanied me to take photos of markets and local businesses so full of color and tradition.
After four years living in US, I have had to tell my friends about these traditions that we keep celebrating with pride, affection and of course a great desire to eat.
A few days before January 6th you have to be attentive to the places where they prepare the Rosca de Reyes. In NYC no one fights to get one of them here, rather it’s a discovery to be able to find where they sell them.
Regarding the flavor and variety, I must say that things in Manhattan are so different from my Mexico City that I still miss a lot. First, there is no way to get those sweet bread roscas “finest from Paris” of La Suiza Bakery; or the coveted bulk roscas that are sold at Costco; or those that in my opinion, are the best of all: The Firol pastry’s ones…. delicious!
One day you are young and the next one you are so excited because you get the king’s sweet bread Rosca, that’s me taking this photo, because I managed to find one (only one!) Rosca Bimbo that comes with a family-sized little Jesus inside. Since I was making fun of the size of such thing, I took out two of them… anyway those who found the little Jesus figure inside their slice of bread need to buy the New York tamales this year.