Domingo de Mataderos
Si a tu paso por Buenos Aires se atraviesa un domingo en tu viaje, no dejes de ir hacia los límites de la ciudad donde se encuentra Mataderos, un barrio muy folclórico donde encontrarás verdaderas antigüedades, artesanías gauchas, comida típica y fiestas populares que intentan preservar a toda costa las raíces culturales argentinas.
Declarada como patrimonio intangible de la ciudad esta feria se reinventa cada semana con actividades gratuitas y espectáculos callejeros en los alrededores del antiguo mercado, donde cientos de puestos con artículos característicos de distintos rincones de Argentina reciben a vecinos, lugareños y alguno que otro visitante que quiere explorar un poco más lejos de los paisajes turísticos porteños.
En un área donde se instala alguno de estos escenarios improvisados la gente es bienvenida a divertirse. No faltan los que se lanzan al ritmo de Sandro de América y sin importar si vienen preparados o no, simplemente se sueltan bailando y cantando entre toda esa onda bizarra con olor a asado y choripanes con la única idea de pasar un rato agradable y relajado que incita a quedarse un poco más.
Feria de Mataderos
Avenida de los Corrales y Lisandro de la Torre
Buenos Aires, Argentina
Ventana
Ya dejamos atrás la frontera chilena y nos adentramos en tierra y cielo argentinos. Hace tanto que no me sentaba en ventana que como niña en dulcería me la pasé todo el viaje mirando hacia afuera. Esos paisajes celestes siempre muestran paisajes irrepetibles que obligan a maravillarnos por esos momentos en los que parecemos estar suspendidos en el aire.
Limpia tus patas
Uno de los encantos de viajar es que todo puede pasar una vez que sales de casa. Atrás se queda la comodidad de saber más o menos lo que sucederá las siguientes horas. Ya con maletas a cuestas, la vida como la conoces en el día a día se detiene para dar paso a una experiencia paralela.
El destino es uno pero las vivencias que te esperan son diversas e inesperadas. Nunca sabes si te va a tomar más tiempo en llegar por demoras o cancelaciones fuera de tu control. Después de todo lo que ocurra en la ruta del viaje, siempre valdrá la pena de sólo pensar que allá donde vayas te esperan con los brazos abiertos, pero hay que seguir todas y cada una de las recomendaciones, especialmente al llegar a cualquier lugar…
Mercado del Progreso
El Mercado del Progreso en Buenos Aires se fundó desde 1889 para atender a los barrios de Caballito, Almagro y Flores. Aún se conserva su portada Art Decó sobre Avenida Rivadavia y su interior me impresionó por la variedad de cosas que ofrecen pero sobre todo, por lo ordenado y limpio que está.
Frutas, legumbres, empanadas, milanesas, fiambres, pastas, abarrotes y en general todo tipo de exquisiteces propias de la dieta argentina se pueden encontrar aquí a muy buenos precios.
Algunas cosas cambian de nombre de país a país, y esto aplica también cuando se trata de cortes de carne. El que recuerdo bien es el que llaman entraña que no es otra cosa que la famosa arrachera.
Si están dispuestos a ir de compras por aquí pero están perdidos con eso de diferenciar los nombres en la carnicería, sólo chequen la marquesina de este negocio que tiene a todo lo ancho -y por supuesto muy ordenadamente- las partes de la vaca. Piensan en todo, ¿no les parece?
Mercado del Progreso
Av. Rivadavia 5430 y Av. Del Barco Centenera 141 Caballito
Buenos Aires, Argentina
Tiren Papelitos
Es divertido visitar el Paseo de la Historieta aunque no estén familiarizados con los personajes que están desperdigados entre las calles del barrio de Montserrat, muy cerca de San Telmo en Buenos Aires, Argentina.
A la que seguro reconocen es a la niña de vestido verde. No resistí posar junto a ella, haciendo fila para esperar mi turno y sentarme junto a la entrañable reina de las historietas creadas por Quino: Mafalda.
Un mural de 360 grados
Esa caja – mural de David Alfaro Siqueiros la exhiben en el moderno Museo del Bicentenario de Buenos Aires.
Hay que quitarse los zapatos y ponerse unas fundas de tela desechables antes de poder entrar por un angosto pasillo que te lleva hacia esta pintura de 360 grados.
«Ejercicio Plástico» es la obra que Siqueiros plasma en 1933, junto a otros tres artistas argentinos: Lino Enea Spilimbergo, Antonio Berni y Juan Carlos Castagnino y es una maravilla. Dicen que los autores sólo estaban haciendo bosquejos a manera de experimento, pero el resultado es espectacular. No dan ganas de salir de esa caja donde literalmente de piso a techo están trazadas figuras humanas en movimiento.
La pintura se encuentra justo detrás de la foto de Siqueiros, tomada por Hector García en la Cárcel de Lecumberri, en 1960. Y más o menos ese además me hicieron con la mano los que cuidan el museo, porque adentro del mural no están permitidas las cámaras.
Museo del Bicentenario
Paseo Colón 100
(A un costado de la Casa Rosada)
Buenos Aires, Argentina
¿Tanga o colaless?
Las costumbres en las playas argentinas son únicas. Me llama siempre la atención que el paisaje no se trunca por gigantes consorcios hoteleros pegados unos con otros a lo largo de la costera.
Además, pasear por las extensas y anchas playas es una experiencia aparte. Hay vendedores como en cualquier costa concurrida, pero nunca ví carritos con choclos o elotes calientes, pizzas en cono y expendios de mate como aquí.
Esto último por la costumbre de tomar mate a cualquier hora y en cualquier lugar, y qué mejor que relajados frente al mar, justo antes de la puesta del sol.
La moda de trajes de baño por acá es muy variada y me gusta mucho el corte y los diseños de «las mallas» como les dicen. Este año encontré un tipo de bikini al que llaman «colaless», término que yo la verdad nunca había oido. Entiendo aquello de «cola» y también lo de «less»… pero en mi tierra le dicen «tanga».
Bueno, lo importante es que aquí lo usan las chicas (y las no tan chicas) con mucho estilo y seguridad ¡y eso es lo que importa!
El Abasto
El shopping Abasto es un exitoso centro comercial de Buenos Aires con todos los servicios y almacenes para todos los gustos y edades.
Este edificio fue un mercado del siglo XIX remodelado en los años 30 del siglo XX.
En su patio de comidas tiene el único Mc Donalds Kosher que hay en el mundo -fuera de Israel- asi que aquí ni se te ocurra pedir las clásicas hamburguesas con queso. Aquí no las venden.
Pinamar again
Esto de pasar las vacaciones al estilo argentinísimo es algo que he vivido ya en más de un par de veces porque mi familia politica es de este país. Sin embargo aún me siento «a legal-alien» cada que vengo por estas tierras.
No es que sea mejor o peor la cosa, mas bien muy diferente. Los argentinos salen a la costa en fines de semana largos o vacaciones de verano pero es increible que toman carretera a sabiendas que estará a reventar y a vuelta de rueda.
La ruta que desde Buenos Aires en algun punto lleva a los distintos destinos cerca del mar es una carretera angosta que se atasca horrible, al punto de hacer un viaje de casi diez horas, cuando en dias normales sería solo de tres horas y media.
Pero ahi vamos acompanando a toda esta marea de autos cuyos pasajeros no hacen mas que mirar el reloj, pensando en que cada vez falta menos para llegar. Y no es asi.
Al fin!
Después de preguntar mil veces a nuestro querido conductor si faltaba mucho, nuestro destino ya por fin era una realidad y no una localidad que en la ruta siempre parecía quedar a millones de años luz. Pinamar aquí estamos!!!
Como llegamos de noche, no me percaté del nombre de esta casa. Pero ahora entiendo perfecto porqué la nombraron así…
Las nubes caen de espaldas
Hace tiempo pasé por acá, en la ruta a Cariló, Argentina y tomé una imagen con mi celular para captar el justo momento en el que, recuerdo bien, pensé que esas nubes no iban flotando, sino que estaban cayendo de espaldas.
La Flor de Acero
Siento mariposas en el estómago de recordar aquella tarde en Avenida Figueroa Alcorta. Y es que años atrás conocí de lejos la Floralis Genérica mejor conocida como la «flor de acero» de Buenos Aires; pero siempre pasaba deprisa o en auto y sin intención de caminar por la Plaza de las Naciones Unidas, que es donde se encuentra. Pero hace poco se me hizo entrar y ver frente a frente esta escultura de 18 toneladas.
Por suerte, esta planta inoxidable estaba abierta, porque ni crean que sus pétalos se encuentran siempre así; los pétalos se cierran durante la noche… aunque me acuerdo que en algún viaje que hice antes por estas tierras me tocó que estuviera cerrada durante toda mi estancia. Fallas técnicas, supongo.
Antes de instalar este proyecto con movimiento y complejo funcionamiento, se hicieron pruebas de resistencia y control como si fuese un avión. Esta obra que extiende sus pétalos al cielo, tiene aleaciones de aluminio y acero, cuyos materiales provienen justamente de una empresa aeronáutica.
Después de una década de su creación y de formar parte del entorno de la ciudad, hoy ya es un ícono de vanguardia de la capital argentina. Pero les recomiendo que si van por ahí, no pregunten por Floralis Genérica, sino por «la flor de acero que está cerca de la Facultad de Derecho».
Un café, mil historias…
Mucho se habla de lo pintoresco del Café Tortoni, su arquitectura, su decoración y las personalidades que han visto pasar con él, la Historia misma de la ciudad de Buenos Aires.
Pero aquel refugio con ambiente de siglo XX guarda los relatos de quienes iniciaron su historia entre esas paredes; esas memorias permanecen selladas en cada rincón como parte del mobiliario.
Recoleta
La Recoleta es un barrio en Buenos Aires repleto de bares, plazas, restaurantes y parques y hoy en día cuenta con un shopping o plaza comercial muy vanguardista llamado «Recoleta Mall». Desde su vibrante roof garden, se alcanza a ver la magnificencia de las capillas, bóvedas y mausoleos del Cementerio de La Recoleta, una de las atracciones históricas más importantes de la ciudad argentina.
Me parece como si de un lado de la acera estuviera un lugar que es una oda a la fuerza, la actividad, la modernidad y la vida; mientras que del otro, la muerte en persona es la anfitriona de donde yacen silenciosos miles de cuerpos que hace tiempo dejaron de existir.
Parque de la Memoria-Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado
Conmovedor. Fue la primer palabra que vino a mi mente después de haber estado en este parque de la capital argentina. Aquí se aprecian esculturas que son un homenaje permanente a ideales de lucha y desprecio a la ignominia.
Este monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado que sufrió Argentina desde mitad de los años 70 y hasta principios de los 80, se levanta en honor a aquellos que sufrieron las atrocidades de tortura y la desaparición.
Son 14 hectáreas las que albergan este espacio público ubicado en la Costanera Norte, junto al Río al que fueron arrojadas muchas de aquellas víctimas que no tuvieron un sepulcro donde llorarles.
El vacío que dejaron aquellos detenidos que padecieron ante el régimen militar autodenominado «Proceso de Reorganización Nacional» (1976-1983) se intenta contener en una mole, donde se tatuaron los nombres y apellidos de hombres, mujeres, adolescentes y embarazadas.
Es desolador siquiera estar junto a ese muro, que parece inmenso y donde apenas una diminuta flor se puede atorar en conmemoración a uno, o a todos ellos.
Conocer el Parque de la Memoria es conocer una herida que no se borra; un recuerdo de horror en la historia del pueblo argentino.
Carnaval en Cariló
Las tranquilas playas de Cariló se visten de color durante el verano en el hemisferio sur. Aquí los niños corretean a lo largo de la playa mientras van disfrazados acorde a la ocasión. El Carnaval es una buena oportunidad para juntar a chicos y grandes mientras se disfruta del calor con una buena dosis de bullicio y algarabía.
Niños en la Costanera
Un lugar imprescindible de ver en Buenos Aires es la Costanera. Definitivamente es ideal para ver el atardecer, familias pescando o niños correteando por ahí. Muchos turistas no había, uno que otro nada más. Será porque dicen que no es muy seguro que digamos a altas horas de la tarde. Pero la belleza de este sitio vale la pena para ir a tomar al menos alguna bebida helada que mitigue el calor intenso de Capital Federal en los días de febrero, cuando el sol ya cae rendido de tanto alumbrar.
Estos nenes andaban de un lado a otro, juntos para acá y para allá, con una energía que parecía interminable!! y de pronto se asomaron hacia el río como si fuera ese el sitio para recargar batería. Ellos sin «remera», como le dicen allá a las camisetas… ellos sin remera y sin pensar en mañana, solo viviendo ese momento.
Con sabor a tango
Eso de ir a ver tangueros en el barrio de La Boca, y aún más ir a San Telmo es para la mayoría de los porteños algo inusual, especialmente si se trata de un espectáculo montado por bailarines profesionales, pero la verdad vale la pena darse una vuelta en la noche y disfrutar una cenita, con vino, carne y ensalada, acompañada de una buena dosis de lunfardo y milonga.
Me encanta que los porteños de «hueso colorado» (como mi esposo) disfruten de atracciones de su ciudad querida y que si bien son diseñadas para el turismo, no por eso tienen menos mérito. Además, seguro los argentinos salen del show tanto o más emocionados que los extranjeros que pululan en estos sitios, así que no sé por qué no son tan asiduos…
Esas historias arrabaleras suelen ser algo exageradas, pero al final de cuentas de eso se trata el tango: tristes historias entre danzas de abrazos sensuales y pasos rebuscados.
A uno como espectador no nos queda más que emocionarnos desde nuestra mesa, abrazados por la oscuridad, escuchando de fondo el bandoneón, el piano y el contrabajo que acompañan muy de cerca a imponentes mujeres y apuestísimos caballeros.
Argentina y Chile tan lejos y tan cerca
Comienzo este blog después de regresar de Santiago y Buenos Aires, dos ciudades cercanas geográficamente pero creo que a la vez muy alejadas entre sí en cuanto a costumbres, gastronomía, paisajes, clima, etc. Ambas capitales tienen un especial significado para mí así que sin afán de decir si alguna es mejor o no, mi impresión es que Buenos Aires se desborda de vibra y toda ella tiene un encanto espectacular, además de ser la ciudad que vio nacer a mi media naranja… Como no quererla! Aunque desafortunadamente se siente mucha inseguridad y la gente te pasa por encima si te descuidas.
Santiago es sorprendentemente ordenada, limpia y tranquila. Además nunca olvidaré que durante mi primer visita me sorprendió gratamente la enorme amabilidad de su gente, su cordialidad y buenas maneras sobre todo al cruzar calles o en el metro… Yo me quedaba con la boca abierta que hasta me pedian disculpas por no cederme el asiento!
SANTIAGO A PIE
Casi dispuesta a “comerme la ciudad” con pocos días de estancia por acá quise aprovechar para recorrer el Centro Histórico de Santiago, con todo y mi panza de cinco meses de embarazo. Así que desde el primer día emprendí mi “walking tour” con mapa en mano y una aplicación de iphone bastante útil que intenté seguir al pie de la letra.
Iba yo sola pues mi esposo estaba trabajando de sol a sol y no era opción quedarme encerrada en el hotel ni tampoco quise seguir sus recomendaciones (por supuesto bien intencionadas) de tomar uno de esos autobuses rojos de dos pisos que ofrecen tours de ciudad. Y no es que estos buses sean malos, ¡al contrario! pero yo tenía siete largos días para recorrer el bello Santiago de Chile, así que compré mi respectivo boleto de metro y me bajé en la estación Bellas Artes para ir a visitar una galería llamada la Casa Naranja y arrancar oficialmente mi primer recorrido a pie por acá.
LA CASA NARAJA
El Bombero Voluntario hace guardia justo frente a la Casa Naranja en medio de una glorieta sobre la Avenida Santo Domingo a la altura del 528.
Antes de ir hacia la Plaza de Armas, me entretuve en una galería para ver artesanías de la ciudad y algunas otras tiendas peruanas de mercancía al mayoreo y menudeo que estaban bastante bien surtidas. Unas calles adelante, me topé con el templo de Santo Domingo con sus dos grandes torres de ladrillo pero no entré.
PLAZA DE ARMAS
Ya en la Plaza de Armas de Santiago, ahí estaba la Parroquia del Sagrario y el Palacio Arzobispal, pero me encaminé directo hacia la Catedral Metropolitana, para ver la nave principal a ver si era tan bonita como me la habían presumido.
La verdad que con un poco de escepticismo pensé que no se iba a comparar para nada con la que tenemos en D.F., que aunque se está hundiendo, es muy bella e impresionante. Me quedé maravillada especialmente con la nave principal del templo y con los altares que tiene sobre todo el de Miguel Arcángel.
BASILICA DE LA MERCED
Había otra “casa de color” que quise visitar pero me desperdigué comprando un adaptador de corriente en un local de iluminación y electrónica. Seguro estaba a un paso de la llamada “Casa Colorada” pero más bien me fijé en un templo (también pintado de “colorado”) que me pareció espectacular, sobre todo por lo bien cuidado que estaba. Después supe que se llamaba Basílica de la Merced, en la calle de Enrique Mac Iver, 341.
Ya sentada en una trattoria con wifi y conectada de nuevo con el mundo, repasé los spots que había recorrido hasta ahora y pude ver que ¡apenas llevaba la mitad de los lugares que supuestamente vería en ese primer día! por lo que decidí que sería mejor recortar un poco el plan porque hacía bastante calor y yo ya estaba casi lista para regresar al hotel.
TEATRO MUNICIPAL
Quise conocer la arquitectura francesa del Teatro Municipal en la calle de Agustinas, 794 pero estaba en remodelación, así que más bien tuve que echar a volar mi imaginación, pero encontré la centenaria Fuente de los Niños en la Plazuela Mekis.
El ambicioso tour de la aplicación del iphone proponía el Cerro de Santa Lucía… ¡y cuatro lugares más que visitar! La verdad es que claudiqué antes de completarlo pero me fui contenta al hotel, luego de ver el lugar donde se fundó la ciudad de Santiago. Aparte de histórico es un lugar precioso al sur de la Alameda y un digno lugar para concluir con un día de paseo a pie por la capital de Chile.
Barrio Lastarria, Bellavista y Funicular
Me armé un tour a pie a la medida de mis posibilidades, porque la aplicación del teléfono estaba un poco descabellada en cuanto a distancias, y considerando que aunque quería caminar, tampoco me proponía romper un récord con mi ya notoria panza de embarazo, así que esta vez me bajé en la estación de metro “Universidad Católica”, que era la más cercana a una iglesia que me pareció valía la pena ir a ver, justo antes de mi caminata hacia el Patio Bellavista.
IGLESIA DE LA VERA CRUZ
Sin saberlo, me estaba dirigiendo al llamado Barrio Lastarria, que fue por mucho una de las cosas que más disfruté pateando la ciudad de Santiago. Resulta que la Iglesia de la Vera Cruz estaba al inicio de la calle Lastarria, donde había edificaciones de distintos estilos y un ambiente bastante agradable con cafecitos, librerías, bares, terrazas y tiendas de diseño que invitaban a entrar y a quedarse un rato más.
Los jueves, viernes y sábados en esta zona se pone una Feria de Antigüedades donde venden platería, cuadros, cerámica, y libros de todo tipo.
PATIO BELLAVISTA
Turistas y locales acuden a esta plaza que reúne muchos comercios de joyería, especialmente de lapislázuli, artesanías, souvenirs y por supuesto restaurantes y bares para todos los gustos y bolsillos. Me encantó que hubiera un local de jugos 100% naturales porque abundan las bebidas de frutas de “pulpa” que son pura azúcar de sabores.
Bellavista para pasar la tarde está bien y andar curioseando un poco, pero tiene mucho mejor onda en la noche, para poder tomarse un pisco sour, o la bebida que se antoje (los que puedan) o como yo, que me la vivía a pura limonada natural…
LA CHASCONA
Unas calles más adelante del Patio Bellavista, está La Chascona, que es una de las casas que tuvo Pablo Neruda, y es visita obligada si ya andas en la zona. Está ubicada en Fernando Márquez de la Plata 0192.
En esta casa-museo se conserva una pinacoteca con obras de pintores chilenos y algunos extranjeros y por supuesto algunos ambientes y objetos del poeta Neruda.
FUNICULAR Y VIRGEN
Regresando por la misma calle de Márquez de Plata, con dirección hacia la calle de Pio Nono me fui hacia el funicular para subir a la cumbre del Cerro San Cristóbal.
Hay antes una parada que te deja en el Zoológico, pero preferí llegar directo hacia la ultima parada que es donde está la estatua de la Virgen María, y además disfrutar la vista de la ciudad en el camino.
Mi hermanita está viviendo en Argentina desde hace 3 años y ver estas fotos me hace sentir cerca de ella!!
son todas preciosas:D
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Muchas gracias!! Me alegra que te evoquen a un ser tan querido. Gracias por los «likes» y por seguirme 😉
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